Racing perdió el clásico de Avellaneda y dejo una pálida imagen a la hora de evaluar su rendimiento
durante los 90 minutos.
¿Qué fallo? Desde el principio y hasta el final del partido el equipo que dirige Luis Zubeldía no mostró
ni compromiso, ni ganas de querer dar vuelta el resultado. Un resultado que a los dos minutos del primer
tiempo parecía final.
Y fue así porque desde que Diego Abal dio la señal de comienzo, los jugadores de Racing se sentaron arriba de la camiseta y dejaron pasar los minutos como si no importase lo que estaba sucediendo.
Fue una vergüenza. Jugadores que caminaban en la cancha, y soy generosa si digo que algunos trotaban, sin actitud, sin mostrar rebeldía ante un equipo que hasta hace una fecha atrás estaba en zona de descenso.
¿Será muy complicado entender todo lo que significa ganar un clásico? ¿O eso no se transmite en un vestuario? Por lo menos en el vestuario de Racing… ¿Sabrán que ante Independiente se juega por el honor, por el barrio, por el orgullo? ¿Quién se pone en la piel del hincha? ¿Quién dará una explicación y no una excusa? Porque Racing perdió por falta de compromiso, por carencia de actitud, por pasividad.
Independiente se quedó con los tres puntos del clásico y logró salir, por el momento, de la zona de descenso y no porque haya jugado bien, porque se le regaló la pelota para que creara situaciones y se lució solo en el primer tiempo.
Se puede perder un partido de mil maneras diferentes, por un gol en off side, por goleada, sobre la hora, con un penal que no fue, pero la peor manera de perder es sin haber puesto ganas para ganarlo. Y eso es lo que pasó el domingo a la tarde.
Por Giuliana Perdiguero
Sin actitud. Así jugó Racing el clásico. / Fotobaires |
Y fue así porque desde que Diego Abal dio la señal de comienzo, los jugadores de Racing se sentaron arriba de la camiseta y dejaron pasar los minutos como si no importase lo que estaba sucediendo.
Fue una vergüenza. Jugadores que caminaban en la cancha, y soy generosa si digo que algunos trotaban, sin actitud, sin mostrar rebeldía ante un equipo que hasta hace una fecha atrás estaba en zona de descenso.
¿Será muy complicado entender todo lo que significa ganar un clásico? ¿O eso no se transmite en un vestuario? Por lo menos en el vestuario de Racing… ¿Sabrán que ante Independiente se juega por el honor, por el barrio, por el orgullo? ¿Quién se pone en la piel del hincha? ¿Quién dará una explicación y no una excusa? Porque Racing perdió por falta de compromiso, por carencia de actitud, por pasividad.
Independiente se quedó con los tres puntos del clásico y logró salir, por el momento, de la zona de descenso y no porque haya jugado bien, porque se le regaló la pelota para que creara situaciones y se lució solo en el primer tiempo.
Se puede perder un partido de mil maneras diferentes, por un gol en off side, por goleada, sobre la hora, con un penal que no fue, pero la peor manera de perder es sin haber puesto ganas para ganarlo. Y eso es lo que pasó el domingo a la tarde.
Por Giuliana Perdiguero
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